¿Cuál es el patrón de tu respiración?

Entender de qué manera respiras te puede ayudar a sacar muchas conclusiones sobre cómo te relacionas con aspectos tan importantes de la vida como el merecimiento, la abundancia y la capacidad de proveerte bienestar. Si tienes un patrón corto de respiración puede faltar apertura para recibir todo lo ofrecido por el universo; también, te puede costar soltar las viejas ideas y los apegos; o, en últimas, tener cierta incapacidad para sentirte merecedora.

Según muchas teorías, la forma en que respiras está completamente conectada con la vida emocional de tu madre mientras estabas en su útero. Lo cierto es que elegir respirar mejor, en cualquier  momento de tu vida, es un regalo invaluable y  transformador. La respiración es una forma de alimento indispensable para la vida y aunque el oxígeno es ilimitado, el manejo poco asertivo de tus emociones puede restringir la cantidad que recibas de él en cada inhalación. 

Por ejemplo, si sueles vivir con miedo –a morir, fracasar, a que te roben- te paralizarás y esto puede generarte periodos de apnea. Si, en cambio, la angustia es la emoción predominante, puedes llegar a acostumbrarte a respirar de manera entrecortada. Si estás ansiosa o iracunda, tu respiración se hará más rápida y podrás hiperventilar.

Por el contrario, trabajar tu respiración y hacerla consciente te ayuda a liberar tensiones, apegos y emociones fuertes, permitiéndote vivir en mayor apertura hacia la vida y toda su abundancia. Sin embargo, el primer paso para respirar mejor es tratar de evaluar de qué manera lo estás haciendo. 

Para ello, busca una postura cómoda, ojalá sentada o acostada, en la cual estés derecha. Observa tu respiración tal cual es, sin pretender cambiarla o mejorarla. Luego, pon una de tus manos dos dedos debajo de tu ombligo y la otra en tu pecho. Ahora, respira observando si el aire entra y sale por la nariz o la boca. También mira qué parte de tu cuerpo se mueve más al inhalar, si tu abdomen o tu pecho. Con este ejercicio podrás saber cuál de los siguientes patrones de respiración es el tuyo.

1. Si lo que se infla cuando inhalas es la parte inferior del abdomen y no tu pecho, quiere decir que el diafragma está participando y que tú respiración puede llegar a ser muy saludable. Lo que debes hacer ahora, es tratar de expandir esa respiración hacia la parte superior del pecho, para que tengas una mejor conexión con tus emociones. 
2. Si ocurre lo contrario –se infla más el pecho que el abdomen-  debes concentrarte en llevar la inhalación al diafragma pélvico, lo cual te ayudará a sentirte menos ansiosa y más conectada con la tierra. Este patrón se conoce como respiración inversa y no es muy saludable. Para mejorarla puedes encontrar varios ejercicios que te ayuden a activar tu piso pélvico, los músculos abdominales y el diafragma, y así respirar de una manera más saludable.
3. Si el aire circula libremente –sin retenciones- por la parte inferior y superior de tu torso, es una gran noticia. Cuando inhalas sin esfuerzo y exhalas fácilmente soltando todo el aire, es señal de que lo estás haciendo bien. 

De todas maneras, la práctica consciente de la respiración es muy importante día a día. Y si lo haces disciplinadamente notarás grandes beneficios. Así que tan solo ¡respira!