Hablemos sobre el machismo.

Mar 16, 2022

Cuando hablamos de machismo, inmediatamente viene a nuestra mente la idea del inmenso daño que les causa a las mujeres. Sin embargo, no creo que ellas sean las únicas víctimas de esta lucha insensata por ser el género más fuerte.

Así como, erróneamente, a una niña la encasillan para que adopte ciertos comportamientos preestablecidos, desde que nacen también a los niños los condicionan a seguir determinadas ‘reglas de juego’. Tan pronto un niño empieza a tener uso de razón le inculcan la necesidad de ser “macho”, valiente y fuerte.

“Los hombres no lloran”, es una frase que se les repite a los niños desde antes de entrar al colegio; aquellos que lo hacen son considerados debiluchos y comúnmente se asocia derramar lágrimas con una señal de homosexualidad. Y tristemente, con el transcurso de los años, en demasiados casos esas mismas expectativas que se les imponían de niños son recalcadas en la adultez por sus propias parejas.

Si a los hombres jamás se les permite ser vulnerables ante un dolor, un fracaso, una pérdida o simplemente ante una angustia laboral, ¿cómo canalizan sus emociones?    Cuando no tienen permiso de mostrar  su vulnerabilidad, demasiados la esconden detrás de la agresión verbal y hasta física. Se han visto obligados a ser invencibles y entonces se vuelven destructores.

Otros buscan reprimir sus verdaderas emociones con trago y hasta drogas. Algunos, para confirmar la hombría que tanto se les exige, acumulan mujeres como trofeos y después las descartan como basura.

Como mujer, lucho constantemente por no dejarme limitar por una sociedad “machista”, y creería que es hora de que los hombres hagan lo mismo. No es menos valiente el que llora ni menos hombre el que pide ayuda.Ser sensible no debe ser considerado un defecto sino una demostración de seguridad interior.

Todos tenemos corazón y para el bien de nuestra sociedad, ojalá tanto hombres como  mujeres nos sintamos con la libertad de poder expresarnos sin miedo ni vergüenza.  

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