Mejor ser feliz que tener la raz贸n.
Jul 22, 2021Te voy a contar una historia basada en el poema de Valerie Cox.
Una señora está en un aeropuerto y compra un paquete de galletas. Se sienta en la sala de espera, al lado de un hombre a quien no conoce. Para sorpresa de ella, él abre el paquete de SUS galletas, las cuales había colocado en la mitad de los dos. Toma una y le ofrece otra a ella. Furiosa porque no puede creer que ese hombre esté disponiendo de algo que no es suyo, recibe la galleta, pero no dice nada.
La escena se repite una y otra vez. Ella solo piensa en lo conchudo y maleducado que es ese señor. No puede creer que ni siquiera le dé las gracias por cada galleta que se come... ¡y que además le esté ofreciendo a ella SUS propias galletas! Cuando solo queda una en el paquete, el hombre, con una sonrisa de oreja a oreja, la parte por la mitad y le da la otra mitad. Escandalizada, le arrebata la mitad que él está a punto de comerse y se levanta furiosa para abordar el avión.
Ya sentada en su silla, y después de haberse amargado y peleado un millón de veces en su cabeza con el hombre, saca un libro de su cartera. Y para su sorpresa y vergüenza, ¿qué encuentra al lado de su libro? El paquete de galletas que había comprado. Intactas y completas.
El señor a quien ella había tildado como “conchudo e ingrato”, era precisamente lo contrario. ¡Generosamente, él había compartido hasta SU última galleta con una extraña, desagradecida, ‘malacarosa’ y amargada! Resultó que la ‘robagalletas’ era ella.
Me encanta esta historia porque, en pocas palabras nos muestra mucho de la naturaleza humana. Estamos tan seguros y confiados en nuestra propia verdad, que no nos tomamos el tiempo ni hacemos el esfuerzo para cuestionar antes de juzgar y condenar al prójimo. Estamos tan enfrascados en tener la razón, que no reflexionamos sobre las razones de los demás. Somos así con nuestros hijos, con nuestras parejas y con la sociedad en general.
Abramos nuestra mente y nuestros corazones a la posibilidad de estar equivocados, de cometer errores y de no tener la verdad absoluta. ¡Creo que de esta manera encontraremos que es mucho mejor ser feliz, que tener la razón!
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