¿Qué es el ego y cómo puedo manejarlo?

Es muy común hablar del ego como si fuera algo negativo. Pero, como les he comentado en otras ocasiones, los seres humanos somos la suma de varias partes.  La clave está en integrarlas, entenderlas como componentes necesarios para encontrar nuestra esencia, teniendo en cuenta que somos parte de un todo.

El ego puede tener aspectos positivos y negativos. El problema real ocurre cuando creemos que somos superiores a los seres con los cuales compartimos el mundo… Si caemos en esta trampa, es muy probable que nos convirtamos en seres egoístas, atrapados en una cárcel mental de la cual no podemos salir para evolucionar.

Si nos permitimos vivir desde el corazón, desde el reconocimiento de los otros, podremos transformar esa imagen y ser más honestos con nuestras fortalezas y debilidades.

Cuando las personas experimentan sus relaciones desde un ego desequilibrado suelen sentirse indignadas por todo. Es muy común que se tomen cada cosa de manera personal, incluso en momentos en que los acontecimientos no tienen que ver con ellos.

Si creemos que somos superiores a los demás porque no comemos carne, meditamos o –en la otra orilla- ganamos más dinero que los otros, estamos siendo claramente dominados por el ego.

Así que mi recomendación es reconocer que este aspecto de la mente no tiene como función dirigir nuestra vida. Para ello, es indispensable estar plenamente atentos a cómo hablamos, de qué manera nos relacionamos con los demás y qué tipo de emociones generamos en nuestro entorno.

Cuestionate cuál es el motivo real para querer siempre tener la razón, ¿acaso es miedo a ser rechazados? ¿Hay alguna inseguridad que debe resolverse? ¿Han sido privados de amor o contención? Sea cual sea el motivo, nunca es tarde para reconocerlo y transformarlo.